pakistan: gastronomia

gastronomia

-Dal Bhat
El plato del pueblo, no solo de Pakistan, sino también de India y Nepal. Consiste en lentejas con arroz. En el Valle de Hunza se servían raciones generosas y se iniciaba nuevamente la guerra química por las noches. La mayoría de las veces se servía también con vegetales.
No recordamos el precio exacto, pero era un plato muy barato.

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LAS TROPAS DE CYCLOTHERAPY

Algo parecido les está sucediendo a las tropas de Cyclotherapy, que han encontrado en el Norte de Pakistán un hogar lejos de Euskal Herria.
Tal vez sean estas montañas increíbles que han hipnotizado a estos dos ciclistas y se resisten a reemprender la marcha un día tras otro, y que cuando vuelven a pedalear es para volver a detenerse en el siguiente pueblo.
Quién sabe si dentro de varios siglos, los antropólogos se olvidarán de los descendientes de los macedonios y se exprimirán el cerebro buscando el origen de una saga de ciclistas en el Valle de Hunza.

EN PAKISTAN SOIS UN OBJETIVO (YOU ARE A TARGET IN PAKISTAN)

Es la frase que repetían l@s que intentaban disuadirnos de pedalear desde Kashgar a Islamabad.
Es probable que no les falte razón. Pakistán no vive sus mejores momentos, con una guerra abierta en la frontera con Afganistán y con más de dos millones de desplazad@s a causa de ella. Hay zonas incluso dentro de la KKH en las que es mejor no dejarse ver.
Pero sería injusto no decir que en zonas como la del Valle de Hunza, se cumple a rajatabla lo de que los viajeros somos el objetivo. El objetivo de saludos afectuosos, de innumerables invitaciones a tomar una taza de té, de los niños que corren a empujar la bici cuando ven que andamos justos, de los pastores que te indican el camino a seguir cuando estamos desorientados en la montaña…
Otra cosa es el Indus Kohistan o sus alrededores…aunque unos críos no pueden empañar la hospitalidad del resto.

LA GRAN CALIMA

No es recomendable pedalear a altas temperaturas. En Uzbekistan rodábamos a 40º, y aunque el relieve no era muy exigente, en las horas centrales del día nos veíamos obligados a parar. En la KKH hemos batido todos los récords. De camino a Chilas, el termómetro alcanzó la cifra de 52º. Se podían freír huevos en el manillar. Si al calor asfixiante añadimos las duras pendientes, os podéis imaginar cómo acabamos la etapa. Probablemente la chicharra nos va acompañar durante las siguientes semanas, y no nos libraremos de él hasta que volvamos a coger altura en el Himalaya indio.

23 DE JULIO, DIA NEGRO PARA CYCLOTHERAPY

Este día pasará a la historia como el peor día para Cyclotherapy. El plan era bueno. Nadie nos avisa que en Chilas hay dos horarios y esperamos una hora como idiotas al jeep que nos llevará al Babusar Pass (4170 m) ya que los 3000 m de desnivel que hay que superar en los 43 kms de una carretera de piedras hace imposible hacerlo en una bici cargada. El calor ha hecho estragos en el pelotón y estamos debilitados. Empezamos el descenso por una carretera asesina. La nieve ha desbordado ríos y se hace difícil el pedaleo. Hay un puente derruido y los 3 jeeps que esperan a pasarlo intentan arreglarlo. Nosotros pasamos. Es curioso, cogemos esta ruta para evitar el hostigamiento de los locales en la vía principal y lo encontramos perdidos en las montañas, sin escapatoria y sin nada con que defendernos. Una docena de niños-adolescentes nos hostigan, nos rodean y nos empiezan a robar lo que pillan a mano. Son como abejas, atacan por todos los lados. Capeamos el temporal como podemos. Lo peor es la impotencia que sentimos y que si usamos la violencia tenemos todas las de perder. Decidimos volver atrás, con la manada de hienas detrás y buscar ayuda en la gente que repara el puente. Si no llegamos a hacer esto nos dejan en calzoncillos. No sería la primera vez que esto le pasa a un viajero por estos lares. Sólo un jeep va con sitio para dos bicis, y va a Chilas. Aunque nos dicen que no hagamos caso, que son solo unos "chiquillos", nosotros sabemos cómo se las gastan estos macarras así que convencemos al chófer para que nos acepte. El viaje resultará una tortura en la que además de superar un paso aún más alto y unas carreteras aún peores, después de 5 horas, llegamos con moratones y los brazos entumecidos al mismo punto de partida. Han pasado más de 13 horas y no hemos comido nada. Fuera hace 45 ºC a la sombra. Estamos más cansados que el día más cañero en ruta y bastante decepcionados. No queremos que este suceso haga cambiar la maravillosa imagen que tenemos de la gente pakistaní.

Nos queda el “consuelo” que según nos dicen pocos kms después la carretera está cortada porque un puente se ha caído, es decir, habríamos tenido que volver de todas maneras.

A esto se le llama hacer una salida en falso.

PIJAMA PARTY

Cuando vimos que el 99% de los pakistaníes viste el “shalwar kemeez”, creimos oportuno adoptar esta costumbre nacional. Más aún cuando ésta consiste en ir todo el santo día en pijama. Otro pequeño sueño hecho realidad, sólo nos faltan las pantuflas y el mando de la tele para estar como en casa.Así vamos triunfando por la vida con nuestros “shalwar kameez” de segunda mano llenos de lamparones. Los niños alucinan al vernos, los mayores nos sonríen y preguntan si somos pakistaníes, nosotros respondemos que de Karachi de toda la vida.

INTEGRISTAS O REPRIMIDOS?

Ya sabemos que es de muy mala educación ir enseñando la pantorrilla, y que vestir culotte ciclista por estas latitudes es peor que ir en pelotas por la vida. Cuando nos bajamos de la bici procuramos ponernos “presentables”, pero cuando hace un calor que se caen las moscas y no nos apetece ponernos de largo, enseguida aparece el barbudo inquisidor de turno.
Y la verdad es que nos pone un poco nerviosos la manera en que nos mira las piernas con ojos de lujuria reprimida. Es una lástima que hayamos olvidado en casa la epilady.

BARBUDOS CON KALASHNIKOV

Cuando nos acercamos a la frontera entre las Áreas del Norte y la provincia del Indus Kohistan, empezamos a ver a personajes de esos que salen a menudo en la CNN. Esos barbudos con cara de mala hostia y un Kalashnikov al hombro que imponen más respeto que un control de los pikoletos a las tres de la mañana en una carretera secundaria.
De todas maneras, si de algo tiene que preocuparse el/la viajer@ (especialmente si va en bici) que recorre esta zona no es precisamente de los talibanes, sino de las hordas de críos ladrones y lanzadores de piedras.

MUJER EN PAKISTAN

Las religiones son lo más absurdo que se ha inventado el hombre. Aunque visto por otro lado es el invento más inteligente que ha hecho el poder para agilipollar al pueblo, ignorante e inculto, y tenerlo dominado.Lo que aterra es ver que en muchas partes del mundo el ser humano aún no ha evolucionado. En todo nuestro viaje, de momento, ha sido en las zonas rurales de Pakistán donde hemos visto a la mujer en situación más humillante. . Son relegadas a un segundo plano, a estar en casa e ir tapadas hasta arriba e incluso cuando van por la carretera se giran cada vez que viene un vehículo de frente para tapar su rostro. Es por eso que ni se nos ocurre sacar la cámara… y enseñaros lo guapas que son algunas